Monday, January 24, 2005

Tepo

Ese hombre del alba es rey
de su delirio, con
qué olímpico desdén recorta su figura
ungido de ceniza en medio de la calle
sin preocuparle el mundo, más
allá de aceptación o decepción
muerto para la vida, intensamente vivo para la muerte no
pretende decir nada, poco importa
su historia personal, lo que no griten
las tiesas crenchas empringadas del cabello y el
perfume a alcohol barato (que) lo cubre como un manto
invisible de rey. Con qué desdén nos mira el Ceniciento desde
la altiva dignidad de no tener más nada
que pedir o perder, con la sola elocuencia
de los crispados faros
de sus ojos, túneles
mordidos por el fuego
abiertos al abismo.

-¿Qué podemos valer
ante esos ojos, amigos
de la basura y las ratas?

Más
allá de bien y mal, de preferencia y quebranto, rey
a la ribera del mundo,
nos mira
desde
el umbral.

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